jueves, 30 de julio de 2015

Amor de la nueva era

Qué bonito es estar enamorado. Te sientes feliz, lleno de vida y que todo lo puedes, claro está hasta que acabas con esa relación y ¡Oh, sorpresa!, te encuentras en una situación contraria a la primigenia.
El hecho es que no profundizaré en el estado en el que te puedes encontrar si terminas con una relación, sino en esa forma nueva en la que (porque de verdad tienes que hacerlo, ya sea por gusto o por necesidad) debes relacionarte con nuevas personas.

Y es que por diferentes razones tenemos que seguir con nuestras vidas. Y esto lo hace aún más interesante, pues intentas recrear, en mayor o menor medida, la última bella experiencia del amor.
Tratas de involucrarte con los mismos estereotipos de personas las cuales te asemejan a tu ex-pareja; algo que no deberías tomar a la ligera pues lejos de ayudarte hace más daño de lo que imaginas.
Comienzas con algo que te funcionó en la última relación, y como observas buenos resultados, sigues con los mismos pasos. Y de repente ¡Pum! No funcionó.

He de reconocer que, me ha pasado y es algo sobre lo que se debe poner especial atención, pues no todas las personas son iguales, y muchos menos aquellas con las que compartiste algo tan estrecho como una relación.
Volviendo al punto, te encuentras en una situación muy difícil, y te preguntas ¿qué es lo que pasa? ¿que estoy haciendo mal? Si funcionó una vez, ¿ahora por qué no?
En este sentido me atrevo a decir que podemos encontrar dos posibles respuestas:

1. Las personas como individuos únicos.

Aunque el heading suene como si estuviera a punto de hablar de una corriente psicológica o humanista, es más simple de lo que parece. Todos somos individuos dentro de una sociedad. Convivimos en esa sociedad por nuestra misma naturaleza. Nos adaptamos y, en muchos caso, nos limitamos, ya sea por supuestos morales y/o legales. Sin embargo, aún dentro de un grupo social, tenemos nuestra propia individualidad y eso es lo que permite nuestra convivencia. Las diferentes formas de vestir, de pensar, de actuar son las que nos complementan dentro de esta sociedad. "Complementar" ¡Qué bonito término! Somos únicos, tenemos gustos propios y preferencias únicas, habrá similitudes, pero no igualdad.
Desde ahí partimos y, a manera de sugerencia, no intenten replicar lo que salió bien en un a ocasión con una persona diferente. Debemos de respetar esa individualidad, y el querer "encajar" eso que me sirvió en alguien, es simplemente un allanamiento a su persona.

2. La nueva forma de relacionarse.

Y la última, pero no por ello la menos importante; y es que en realidad este segundo supuesto es en el que quiero centrarme.

Pues bien, hablando de tecnología y redes sociales, hoy en día se da más importancia a quienes tienen 652 amigos y 10.8k seguidores. Las actuales generaciones entran en un bien hecho sistema de selección por masas. Se pierde la indivualidad, lo que uno quiere, lo que a uno le gusta. En cambio se acepta un lo que las masas dice y lo que la corriente establece. 

¿Qué tiene que ver esto  no las relaciones personales? La respuesta es tan obvia que la dejamos de lado. 
El hecho de poder estar en contacto con muchas y diferentes tipos de personas,  nos hace querer "más", aunque específicamente no sabemos qué. 

Hace algunos años se tomaba el tiempo para conocer a la persona, para descubrir sus gustos, sus ideales, sus expectativas. Ahora, con tan solo leer unas cuantas líneas en un perfil, o de mirar las fotos de sus últimas vacaciones y es todo lo que se necesita para tratar de entablar una "relación". 
¿Tan express nos hemos vuelto? ¿Es que ya no disfrutamos de construir nuestras relaciones? 

Puede ser que el hecho de tener acceso a tanta información hace que acabemos ahogados en un mar de tantas cosas, las cuales simplemente nos hunden más y más. 
Nos atascan, nos ofuscan, nos limitan. 


¿Te has visto en una situación similar? 
Las redes junto con la tecnología, ¿están acabando con la clásica forma de crear relaciones amorosas? 
Me gustaría conocer otros puntos de vista,y espero estar equivocado... 




lunes, 27 de julio de 2015

De vuelta a casa


Ya no es lo mismo...


Por alguna extraña razón, vuelvo a leer lo que publiqué en este blog hace algunos años y sigo maravillándome ante lo mucho que uno puede cambiar a través del tiempo.

No es que me haya convertido en algún tipo de asesino en serie, o que me haya unido a ese tipo de sectas del estilo Ku Klux Klan. Para nada; simplemente me parece , hasta cierto punto, interesante, el cómo ayer escribía con una distinta perspectiva del futuro. Ahora el futuro esta aquí, se ha convertido en presente, y como muchos, sigo esperando los hoverboards de la película Volver al Futuro. Bueno, aunque empiezo a creer que se tardarán otro rato más en aparecer de este lado.

Volviendo al punto principal, he de mencionar que el estilo con lo que escribía algunos ayeres se ha transformado por algo más sobrio. No he madurado del todo, pero he aprendido varias cosas nuevas, y una de ellas es que la vida nunca te presentará las cosas como las esperas o como las quieres recibir, incluso me atrevo a decir que la vida te presenta lo que uno menos se imagina. ¿Por qué? ¿Acaso me he portado mal como para no obtener las cosas y/o situaciones que yo espero obtener?

En inglés existe una expresión con la cual concuerdo mucho (nótese mi sentido de elección) "Life's a bitch". Y cada que la escucho, no puedo estar más de acuerdo con ello.

Tal vez mi estilo no haya cambiado en lo absoluto, tal vez haya madurado, o simplemente las expectativas que tenía sobre la vida misma ya no son las mismas con las que quise empezar este blog...